Luego de un minucioso estudio de evaluación de los deterioros y principales patologías de la vivienda/ museo se iniciaron las obras de restauración. Las mismas están a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y la dirección de obra recae en el Arquitecto Erick Giacobbe. La supervisión de las tareas corresponde al Área de Conservación Edilicia de la Dirección Nacional de Cultura (DNC).

Las intervenciones iniciadas implican tanto tareas en la cubierta como en el interior. En el primer caso se trabajará en la recuperación de la azotea, reparaciones en la claraboya del patio central y restitución de balaustres. En el interior las obras se concentran en el escritorio y dormitorio de José Batlle y Ordóñez así como en el hall de entrada y patio central. En sucesivas etapas se intervendrán otras áreas de la vivienda así como fachadas y carpintería exterior.  

El Museo

Ubicado en el barrio de Piedras Blancas permanece cerrado al público desde hace cerca de veinte años. En la última década su apertura se ha reducido a días concretos, cerrando definitivamente en octubre de 2017.

La quinta fue adquirida por la familia Batlle – Pacheco en 1904 a los herederos del comerciante francés Pablo Duplessis. Tres años más tarde, mientras se encontraban de viaje por Europa, se iniciaron reformas dirigidas por el arquitecto Alfredo R. Campos. Las refacciones culminaron en 1911 y la quinta fue usada como residencia familiar hasta la muerte de su propietario en 1929.

Funcionarios del MTOP realizando tareas de recuperación de revoques en el hall principal de la casa. Foto: Ana Cuesta / MHN 

Los obreros trabajan también en la recuperación de las seis columnas distribuidas en el patio central que presentaban graves signos de deterioro. Foto: Ana Cuesta / MHN 

La casa recuerda las típicas villas renacentistas de las afueras de Roma y se caracteriza por espacios confortables, aireados y soleados. En su interior prima el mobiliario de origen francés, el cual fue en muchos casos adquirido por la familia durante su estadía en Europa. La residencia se destaca por los materiales utilizados, la carpintería en aberturas, el parquet del patio central así como los vidrios biselados de las puertas interiores. Un elemento singular del confort de la vivienda lo ofrecen los tres baños, conservados todos con su equipamiento y revestimientos originales.

En 1911, al asumir por segunda vez Batlle y Ordóñez la presidencia de la República, la casa se transformó rápidamente en un lugar destacado de la actividad política del Uruguay. En 1963 fue donada por sus descendientes al Museo Histórico Nacional para que funcionara allí una de sus sedes.

En próximas ocasiones compartiremos con ustedes más noticias sobre los avances de las obras así como las tareas vinculadas a la documentación de sus colecciones realizadas por el Departamento de Antecedentes e Inventario.

Trabajos en el hall de entrada. Foto: Ana Cuesta / MHN