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Artigas en el Hervidero

Artigas en el Hervidero

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Restauración y conservación de “Artigas en el Hervidero”.

Carlos María Herrera y su pintura "Artigas en el Hervidero/ Artigas en la meseta".

Carlos María Herrera pintó Artigas en el Hervidero/ Artigas en la Meseta en 1911 y desde entonces, esta obra referencial de la iconografía artiguista, ha sufrido los avatares del tiempo y el deterioro natural de las pinturas al óleo sobre tela.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Bocetos para la pintura "Artigas en el Hervidero".

La documentación permitió establecer que estuvo expuesta durante años en el Salón de Actos de la antigua Casa de Gobierno y que fue trasladada, al menos en dos oportunidades, para participar en la exposición Artigas en la Historia y en el Arte en 1952, y la segunda, al ser destinada al Museo Histórico Nacional, en 1987.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

"Artigas en el Hervidero" en la exposición Artigas en la Historia y en el Arte (1952).

También sabemos que por lo menos una vez, la tela fue destensada de su bastidor y enrollada para su traslado, ya que por sus grandes dimensiones es una pieza de difícil manipulación. Además, debido a sus medidas (378 x 313 cm, sin marco), resultaba imposible ingresarla o sacarla por las aberturas de algunos edificios que la albergaron.

La obra había sido sometida en el pasado a algunas intervenciones, la más importante, un entelado con cera-resina, con el cual se adhirieron sobre el dorso tres piezas de lienzo con el fin de reforzar el soporte textil original. Este procedimiento permitió consolidar la capa pictórica muy craquelada y con zonas en las cuales habían comenzado a producirse desprendimientos de pintura. También son visibles repintes en el extremo lateral derecho de la tela.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Zona de unión de dos partes del entelado y craquelados antiguos fijados con la cera-resina del mismo.

El cuadro, luego de más de veinte años colgado en la sala de lectura de la sede del Museo Histórico Nacional conocida como Casa de Giró, presentaba nuevos problemas. En primer lugar una gran suciedad acumulada en el dorso, ya que debido a sus dimensiones y a las dificultades para su movilización, nunca había sido retirado de la pared para su limpieza. 

La acumulación de suciedad se vio agravada por el deterioro del muro, del cual se desprendía arena y fragmentos de material, haciendo urgente mover el cuadro para evitar nuevos daños.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Los problemas de humedad y del muro donde se encontraba la pintura.

Tras bajar el cuadro de la pared se volvió a revisar cuidadosamente la capa pictórica, con el fin de evaluar su capacidad para resistir el traslado. Se consolidaron puntualmente aquellas zonas que presentaban riesgos, empleándose la misma preparación de cera-resina que ya impregnaba todo el soporte, el tejido del entelado y la capa pictórica. 

Luego se separó el marco de la tela con su bastidor y se procedió a limpiar estos últimos por el dorso, para lo cual se utilizó aspiradora con cepillo, pinceles y pequeñas espátulas.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Suciedad que presentaba el dorso del cuadro y proceso de limpieza con aspiradora.

Una vez destensada la tela del bastidor se finalizó la limpieza por el dorso y se procedió a fijar nuevamente a la tela del entelado los bordes o solapas originales de la pintura, que estaban desgarrados y desprendidos. Previo a esta consolidación se procedió a limpiar los restos degradados de la cera-resina anterior.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Deterioro de las solapas originales.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Restauración de las solapas originales con el entelado.

Tras esta operación se procedió a fijar en todo el perímetro una banda de lienzo nuevo que permitiese tensar la tela sin someter a esfuerzos mayores el soporte antiguo y el entelado. Para el traslado de la tela construyó un cilindro con cartón corrugado y nylon de burbujas, compacto y reforzado con ejes internos de metal.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

La tela colocada en el cilindro y durante el proceso de embalado.

Previamente se trasladó el bastidor a la sede del museo donde se ubicaría la pintura, conocida como Casa de Rivera, el cual también debió ser reparado, encolando algunas de sus partes, eliminando clavos y tornillos viejos y restituyéndole su condición de bastidor de cuñas. Estas cuñas debieron ser hechas nuevamente a partir de la única original que se conservaba.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Cuñas realizadas a partir de la original y ajustes en el bastidor.

Para evitar que continuaran marcándose las aristas de las tablas del bastidor en la pintura, se añadió un perfil de madera fina cortada en bisel para evitar el contacto de la tela con dichas tablas.

Luego se tensaron sobre el bastidor dos piezas de lienzo cosidas longitudinalmente, para que, al volver a extender la tela con la pintura, esta se mantuviese horizontal, sin hundirse en los espacios que quedan entre los travesaños del bastidor, lo cual podría dañar la capa pictórica. 

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Proceso de tensado de la tela de soporte en el bastidor.

Una vez listo, se extendió sobre el bastidor la pintura, desenrollándola cuidadosamente.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Para que la tela se tensara cediendo naturalmente, recurriendo lo menos posible a la fuerza y las pinzas de entelar, se colgaron de las solapas de tela nueva cilindros de cartón rellenos de arena, pero sin sobre peso, que tiraran de la tela suavemente y de manera uniforme. Finalmente se engrampó la tela por el perímetro, protegiendo las solapas con tiras de entretela.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Tensado de la tela con cilindros rellenos de arena.

Una vez finalizada esta tarea, se decidió llevar adelante una limpieza de la pintura. El barniz estaba envejecido, presentaba manchas que molestaban a la vista y distorsionaban parcialmente los colores. No se realizó una limpieza profunda y no se intervinieron los repintes. La propuesta del museo es mantener, en la medida de lo posible, el aspecto antiguo de las piezas, respetando el efecto del tiempo.

La necesidad de intervenciones urgentes que requiere buena parte del acervo, obliga a priorizar los trabajos y su enfoque, y determinar si es pertinente un interés puramente estético, cuyo alcance requiere más tiempo, frente a la posibilidad de poder llevar adelante las tareas imprescindibles sobre un mayor número de piezas que las requieren y deben poder exhibirse al público, aquellas piezas que son las más adecuadas y necesarias para cada exposición.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera

Deterioro del barniz y proceso de limpieza.

Finalmente, se procedió a dar a la pintura una fina capa de barniz, con un propósito protector pero que no disminuyera la visión de las ricas pinceladas del artista.

Artigas en el Hervidero. Pintura de Carlos María Herrera
                                                                                                                                   Foto: Carly Angenscheidt

"Artigas en el Hervidero", en la exposición "Un simple ciudadano, José Artigas", en Casa de Rivera.

 

Texto realizado por el Lic. Ernesto Beretta, Encargado del Departamento de restauración y conservación del Museo Histórico Nacional.

 

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